jueves, abril 20, 2006

Uno de los Grandes



Apología de los ociosos
Robert Louis Stevenson

Traducción de Sara J. Linar




JUSTO ahora en estos tiempos, en los que todo el mundo se ve obligado, bajo pena de lesa respetabilidad, a entrar en alguna profesión lucrativa, y a trabajar en ella casi con entusiasmo; levantar la voz en favor del partido opuesto, el de aquellos que se contentan con tener lo suficiente para vivir y gustan mirar y gozar mientras tanto, pude parecer una pura ostentación o fanfarronería. Y sin embargo, no debería ser así. Lo que suele llamarse ociosidad, y que no consiste en no hacer nada, sino en hacer muchas de las cosas que no son aceptadas en los formularios dogmáticos de la clase dominante, tiene tanto derecho de afianzar su posición como la laboriosidad. Es algo admitido que la presencia de personas que se niegan a participar en el gran equipo de las carreras premiadas con seis peniques, supone inmediatamente un insulto y una decepción para quienes sí lo hacen. Un buen compañero (como tantos que se ven) toma su determinación, apuesta por los seis peniques, y como se dice en buen americano “va por ellos”. Y mientras tanto el tipo avanza trabajosamente calle arriba, no es difícil comprender su resentimiento, cuando observa a un gran número de personas que tranquilamente se hallan tendidas a la orilla del camino, con un pañuelo sobre las orejas y un vaso al alcance de la mano.
Alejandro se sintió herido en lo más hondo por la indiferencia que le prestó Diógenes . ¿Dónde quedaba la gloria de aquellos bárbaros que al penetrar violentamente al Senado, encontraron a los Padres de la Patria silenciosos e indolentes ante su éxito? Doloroso resulta haber trabajado duramente y haber escalado arduas cimas para encontrarse con la humanidad indiferente ante el esfuerzo realizado. De ahí que los físicos condenen a los no físicos; que los grandes financieros toleren superficialmente a los que tienen escasos fondos; que los literatos desprecien a los iletrados; y que las gentes que trabajan por alguna meta se unan entre sí para menospreciar a quienes no tienen ninguna.